Chau, no va más
Hacía un rato que habían terminado todos los actos en el Calderón pero yo no quería irme. Sabía que en el momento en el que entrase en el vomitorio sería la última vez que lo haría. Sabía que según bajase esas gastadas escaleras de cemento que he bajado un millón de veces estaría dejando un gran pedazo de mi propia vida. Que estaría despidiéndome de un lugar que me ha servido de referencia para explicar casi todas las cosas, buenas y...
El espíritu eterno del Calderón (3-1)
Desde muy pronto podía verse gente en los aledaños del Estadio. Era como en las grandes citas, en las que la multitud discurre con prontitud, pero no exactamente igual, porque el ambiente no era bullicioso ni animado. Caminaban cabizbajos y de vez en cuando levantaban la vista y lo miraban, siempre en silencio, tratando de rumiar cuántos trocitos de su vida habían pasado junto a él. Era una suerte de ritual callado y escalofriante:...
El diario de Heg (XXXII) – Todo sentimiento
13 de mayo Enormes las chicas arrancando el empate en feudo azulgrana. Hay que llenar el Calderón, el Cerro o donde sea para animar al Atleti femenino. Ellas son el Atleti. Como el que más. Los aficionados no podemos comportarnos como simples seguidores de un equipo. Somos un club. Espera la Liga. Por cierto, penosos los comentarios de Gol TV, partidistas hasta la náusea. Pero ya, lo de la entrevistadora en el Mini es de traca....
Adiós viejo amigo
No recuerdo cual fue el primer partido que vi en el Vicente Calderón, era demasiado pequeño, pero sí recuerdo la ilusión con la que iba en el 17, la emoción al salir del vomitorio y ver el césped (estos días un vídeo viral de una niña en su primera visita nos ha hecho a todos retroceder a nuestra infancia y vernos identificados) y lo que impresionaba el ambiente del estadio. Recuerdo al cobrador venir a casa a que le pagásemos la...
Objetivo cumplido (1-0)
Hay partidos que son difíciles de describir por la intrascendencia de su juego y el que enfrentó a Betis y Atlético de Madrid en el Villamarín fue uno de esos. Los locales se jugaban la honra, apaciguar las convulsas aguas que descienden por la Avenida de la Palmera después de otra temporada decepcionante y los de Simeone buscaban un punto para que las matemáticas certificasen lo que ya era una realidad: ser de nuevo terceros y...