Estamos acostumbrados a que los temas que dividen a los atléticos y las polémicas del día a día no salgan de las redes sociales. Las opiniones sobre Koke, el estadio, el escudo e incluso sobre Torres han sido meros debates de foros y Twitter sin que hayan tenido la mínima incidencia en el estadio. Pero lo de Morata va más allá, mientras hay quien considera intolerable que un jugador que se ha reído de la afición del Atleti vista la rojiblanca, hay quien piensa que con el objetivo de ganar la Champions todo el que venga es bienvenido.
Frente al “más vale honra sin barcos que barcos sin honra”, se posiciona “el fin justifica los medios”. Los primeros acusan a los segundos de que mientras presumen de estas orgullosos de no ser como los del Madrid, se comportan como ellos, y los segundos que no admiten que nadie reparta carnets de cómo ser un buen atlético. El sábado vivimos el primer episodio de la fractura, pero me temo que quedan muchos más. Sólo si Morata empieza a hacer goles desde el principio y el equipo pasa rondas en las Champions se pueden calmar las aguas, pero como el equipo caiga ante la Juve y Morata mantenga sus registros goleadores de Londres, se avecinan tiempos revueltos de aquí a junio.
Foto: atleticodemadrid.es
1 febrero, 2019
La división se genera no porque unos piensen diferente a otros, sino porque unos quieran imponer a otros su opinión de manera contumaz.
El fichaje de Morata es una apuesta personal de Diego Simeone. Nadie mejor que él sabe lo que necesita el Atleti para mejorar en el aspecto deportivo. Por otra parte, Diego lleva mucho tiempo en el Atleti, conoce su historia, maltratada sistemáticamente y pisoteada por el equipo de la Castellana, y es consciente de que su apuesta es arriesgada. El tiempo dará o quitará razones.
Pero en el superprofesionalizado fútbol de hoy, donde la importancia reside más en el despacho que en el terreno de juego, la toma en consideración del aficionado para cuestiones de honor y sentimiento es prácticamente inexistente.
» y usted no pise ese escudo » (Luis Aragonés).