No alcanzo a ver si hay babilla en la comisura de su boca. Probablemente esté roncando. Pero el ratito que está echando se me antoja de lo más placentero. Y en horas de trabajo. Con un par. Estos son los tipos que llevan viviendo del momio de la (des)información deportiva en España desde hace lustros. Dormitan y vegetan en las redacciones, eso cuando las pisan, claro. Emperadores del buen comer y catedráticos del beber, que decía el añorado García, su trabajo consiste en poblar los medios de amanuenses a sueldo. Dizque periodistas en los excel de adalides del emprendimiento y la honradez como Pérez o Gil Marín. Sobrecogedores y agradecidos estómagos que luego son sobresalientemente recompensados.
No han jugado a la pelotita en su vida (chaparretes, orondos, papada trabajada a fondo durante décadas dedicadas al arte del gañote…), su anatomía les delata. Pero entre sus toneladas diarias de incienso a Madrid y Barça, imparten fatwas desde sus ágrafas tribunas.
Responsables de la imparable degeneración del periodismo (?) deportivo en España (el peor y más corrupto de Europa), han encontrado en el Duopolio su modus trincandi. Han convertido los diarios en tebeos y los programas de la caja tonta en telecircos. Barras de bar nocturnas en las que, entre esputos dialécticos y gritos, cuatro frikis han convertido en millonarios a los domadores de chiringuito, sujetos de discreta moral y aficiones peligrosas, siempre en primer tiempo de saludo con Il Don di Concha Espina.
Mientras tanto, ellos a dormir. Y a hacer caja. Las informaciones son escasas, las que se contrastan menos. De estilo ya ni hablamos. Sí, he visto/leído/escuchado periodistas de verdad, con talento, en los que cada crónica suponía una lección para un crío que admiraba a aquellos maestros del lenguaje. Y no más allá de Orión, sino en España, hasta los años 90 y en cualquier medio de los de entonces. En aquel tiempo había comunicadores, y no clowns. Verdaderos escritores, casi literatos, y no juntaletras. Echen un vistazo a la prensa, la de papel o la digital. Mención aparte para los confidenciales, donde últimamente han proliferado jóvenes escribas que ya saben lo que han de hacer para intentar alcanzar algún día la entrada que les permita acceder a la hipoteca de una vivienda: jabón al Madrid y cera al Aleti, en especial a su gurú, que por algo molesta al Sistema desde hace casi seis años. Hagan la prueba, y fíjense el tenor de los artículos que publican estos escribientes, la voz de su amo: llevan vendiendo la marcha del Cholo y sus principales estrellas desde antes de que ganara el primer título. Porque esa es otra, ya saben: según el palmerismo deportivo y sus vividores dirigentes la consigna es clara: el Atlético de Madrid nunca puede tener jugadores/entrenadores Top que les permitan alterar el apacible Matrix en el que pastan (y se forran, con las diferencias de presupuesto más sangrantes de las principales ligas). Y si por un business de los Gil-Cerezo que surja se trae uno, debe durar lo mínimo posible: el status quo del Duopolio no debe ser alterado.
Y a ello, entre siesta y siesta, entre comilona y comilona y bien regados por los mejores caldos y copazos, se aplican con denuedo. Trabajar, lo justito, no sea que se cansen y se les caiga el mondadientes del bigote. Viven del alpiste que le suministran los capos del tinglado. Las críticas hacia éstos son tan habituales como ver dimitir a un político español. Y cuando se dan, son mínimas, y siempre basadas en criterios resultadistas, jamás de gestión. Escándalos como el de las Torres de Mordor (el exalcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano, del PP, ha reconocido que la operación era ilegal y que resistió las presiones para aprobarla durante 15 años…hasta que recibió la llamada de Aznar: “…si te llama el presidente del país…¿qué haces?”) no sólo constituyeron la más desvergonzada muestra de corrupción.”Spanish style”, of course. También de cómo se podía adulterar una competición que quieren vender como “lamejorligadelmundo” (risas en off).
En Asia o América no se lo tragan, están acostumbrados a ver un campeonato con 4-5 alternativas para llevarse el título. Aquí ese rostro de hormigón armado que ejerce de baranda en la Liga de Fútbol Profesional afirma sin el más mínimo rubor que “lo importante es que Madrid y Barça siempre estén arriba”. Un crack, el amigo Tebas, cuyo grado de ambición es directamente proporcional al de su desfachatez. ¿Alguien se imagina al comisionado de la NBA proclamando que lo importante es que Lakers y Celtics siempre estén arriba? El resto de franquicias le obligarían a presentar su dimisión de modo fulminante.
Otrosí. La operación que dos sujetos condenados por el Tribunal Supremo están desarrollando con total impunidad con el patrimonio del Atlético de Madrid. Van a arrancar de 55.000 personas un trozo de sus vidas. Al principio, vendieron que el traslado a La Peineta (“la Puñeta” la llaman ya los colchoneros, por su lejanía del Foro y la escasez de accesos en lo que a día de hoy es un auténtico páramo) iba a permitir un crecimiento económico que permitiría al Aleti no sólo acabar con la multimillonaria deuda (la que ellos, con el infausto Moby Gil a la cabeza, crearon) sino fichar cracks mundiales. Meses después, el inefable productor ya no decía lo mismo. La única ventaja era un “cambio a pelo”, del Calderón a la quinta chimbamba, pero que no costaría un euro a los atléticos (y encima el tipo se pavoneaba ufano, cuando debía de haber sido corrido a gorrazos). Ahora, y por si no lo saben, la mudanza a La Peineta no sólo no traerá ningún beneficio económico para la entidad sino que encima costará una millonada. Dinero que no pagarán “el-mejor-gestor-del-mundo”, el de la faz picassiana y su socio el productor. Pero esto no se cuenta en ningún medio. En los diarios, telecircos , partidazos y transistores de juguete sólo verán publirreportajes de lo bonitas que van a quedar las luces del nuevo coliseo.
Porque mientras estos presuntos popes del periodismo (?) deportivo cañí sueñan con Morfeo, la verdad que impida la llegada puntual del sobre o de un puesto en una tertulia, o en una TV pública (las llaman así aunque TV3 sea TeleFar$a y Telemadrid sea eso, TeleMadrid,un ente público controlado por forofetes del Real Madrid y que ignora a media comunidad autónoma que simpatiza con el otro gran club de la ciudad, tercero de España y subcampeón de Europa) debe guardarse en el cajón.
Lo sabe cualquier alevín de periodista. Cualquier becario aprende rápidamente como abrirse paso en una redacción en este desdichado país. Alguno incluso ha presenciado cómo Il Don se ha presentado en Unidad Editorial (El Mundo, Marca) para llevarse por delante a dos o tres redactores, incluido a un director. Da igual que sea Marca (antes un periódico plural” y ahora “el boletín del Real Madrid”, García dixit) o AS, ese tebeo que regala pijamas del Madrid en el que sólo falta que en sus portadas salga CR7 expeliendo una ventosidad.
Entretanto, miren al angelito ante la pantalla de ordenador y los pies en el teclado. Dicen que cocodrilo que se duerme, es cartera. Estos (dino) saurios lo son, sin duda, pero además tienen la jeta de similar dureza y la cartera, bien repleta.
Foto: prnoticias.com
16 septiembre, 2016
«Lo bueno para el Madrí, es bueno para España».
Mantra inventado por Pérez y recitado en los colegios.
«Madre mía, el Bicho».
Sinónimo de España.
16 septiembre, 2016
¡Cuánta verdad hay en este artículo! O jalá algún día todos estos miserables se fuesen a la puta calle, y aquellos medios que permiten esta escandalosa destrucción del prestigio del periiiiiiiiiiiiiiiiiodismo deportivo, acabasen cerrando para siempre.