Llegamos al momento clave de la temporada y en el Atlético de Madrid hay un nombre que está en boca de todos los aficionados del Metropolitano: José María Giménez. La seguridad defensiva es la vida de este equipo y, en este momento, podríamos decir que el uruguayo es quien mantiene el tipo en todos los partidos. Da igual que sea Liga, Europa League, Champions o Copa del Rey, más o menos minutos, el central salta al campo y da un recital defensivo sin rechistar.
Quizá su entrega en cada jugada, su pasión al celebrar un gol o verle maldecir una ocasión clara le hagan tener una conexión especial con la grada. Quizá sean sus besos a la camiseta del Atlético de Madrid o elevar el escudo ante la grada tras alcanzar una final de Champions lo que enamore a toda una hinchada. No lo sé. Pero lo que ya nadie discute, y tampoco sorprende, es ver afianzado al uruguayo en el eje de la zaga. El rojiblanco es un ‘canchero’ capaz de poner la cabeza donde muchos no pondrían el pie, un jugador que siempre va al límite, simplemente es diferente y, pese a su insultante juventud, tiene un largo historial de partidos de exigente nivel a sus espaldas. El último, el Camp Nou.
Giménez recuperando un balón en el choque frente al F.C. Barcelona. Foto: clubatleticodemadrid.com
Un futbolista con uno de los potenciales más altos de Europa, con sólo 23 años ya ha jugado encuentros que un veterano no sería capaz de asimilar. Desde su llegada no había ofrecido una regularidad tan clara como hasta ahora; ya que no sólo cumple, sino que también demuestra que puede tener galones en este equipo. Sus últimas actuaciones ante Valencia, Sevilla o Barcelona han hecho saltar las alarmas a Simeone y generar un problema que el técnico no tenía previsto: el ‘parche defensivo’ ante las lesiones se ha revelado ganándose la titularidad. Veremos qué pasa cuando vuelva Savic.
Su nivel ha aumentado considerablemente, se le ve más centrado, más maduro y, por qué no decirlo, transmite una seguridad en el campo que antes no conseguía. Pocos le tosen en el juego aéreo, no teme los balones divididos, llega a las coberturas holgadamente, no se achica en la disputas y, encima, ha mejorado en su posicionamiento y concentración en cada partido. El central está comenzando a hacer sombra a Godín y eso, perdónenme, ya son palabras mayores.
Giménez es el ‘kamikaze’ seguro de Simeone. Un guerrero con el que se puede contar para la batalla, un futbolista al que no le tiemblan las piernas y que es capaz de jugar ante cualquier delantero, dan igual los Balones de Oro que tengan. Ahora se ha convertido en una versión mejorada de sí mismo y, si esto continúa así, el Atleti va a ganar algo más que un simple defensa, va a crear un líder que puede marcar una época en rojo y blanco.
