De tres en tres (3-0)

Simeone diseña los partidos en su mente. Es fácil imaginárselo la tarde de antes sentado frente al mate, el mono Burgos al lado haciendo ímprobo esfuerzo por respetar los silencios y así, pasada la inspiración, explicar: ya está Germán, arrancaremos así, luego pasará esto y esto otro, y si acaso sucediera esto, el plan será el siguiente. Después, ya saben ustedes de la grandeza y la imprevisibilidad del fútbol. Un cronista escribió que una vez, el argentino falló en su pronóstico.

Muchos pasaron por el fin de semana mirando al martes, pensando que el Atlético haría rotaciones, que daría descanso a los fundamentales pensando en el PSV, donde está la gloria de esta temporada, pero el Cholo utilizó el Deportivo para volver a constatar su teoría universal: el partido más importante es el próximo. Salió con todo y pronto el encuentro se puso en el lugar que el argentino había imaginado la tarde de antes, junto al mate. Filipe filtró un centro desde su costado y Saúl entró como un titán para rematar a puerta, hacer el gol y dejar boquiabierta a la parroquia y a la defensa entera del equipo coruñés. Parecía un ciclón pero lo que había entrado era un centrocampista total que poco a poco va solidificando en lo que será uno de los cimientos del Atlético del futuro.

Tras el gol, todo siguió el guión, sin el menor sobresalto, el Atlético controlaba el juego esperando que el paso de los minutos fuese desatando poco a poco las costuras del Deportivo, esperando que en cualquier minuto cayese el segundo y entonces sí, en algún remoto lugar donde la influencia de Simeone no alcance, alguien pudiese empezar a pensar en la Champions. Al filo del descanso Griezmann tuvo el segundo pero volvió a errar un mano a mano que lo dejó con el recuerdo de Eindhoven y el ceño un tanto fruncido.

En la segunda mitad el libreto siguió su curso, una defensa inexpugnable haciendo de Oblak un mero espectador y todos haciendo cábalas sobre en qué momento llegaría el gol que acabaría con el partido. Lo hizo Griezmann rescatando una estrategia más elaborada, otro motivo para la esperanza. Después vino a suceder lo que Simeone pensaba, pudo haber más goles, pero cayó sólo un tercero a pies de Correa, jugador al que se le atasca la titularidad pero que es un cañón desde el banquillo. Cuando no sale de inicio agita los partidos y encuentra el gol con facilidad. Lo que siempre se ha venido a llamarse un revulsivo.

El Atleti volvió a conseguir en su tercer partido a tres goles otros tres puntos más que convierten ese número en mágico. Aguanta la estela de un intratable Barcelona y se prepara para el que va a convertirse en su reto del año: la Champions, espina o ilusión. Ahora sí, el partido más importante es el martes. El Calderón está convocado para la magia.

 

Foto: Ángel Gutiérrez – clubatleticodemadrid.com

 

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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