Entierro en la Catedral

San Mamés era el lugar destinado para ver como el Atlético de Madrid se recomponía de la debacle de Turín. Eliminado de todo, su exigua esperanza pasaba por aferrarse a una Liga que parecía distante, por ver si de verdad todavía quedaba un ápice de convicción en el equipo o por el contrario ya están simplemente esperando que todo definitivamente acabe. No era un buen lugar San Mamés para autonalizarse a uno mismo, por el contexto, por la dificultad tradicional de un feudo especial y exquisito en el fútbol español, pero peor aún, por la pasada sombra, quizás demasiado cercana, de aquel Atleti que en dos mil catorce volaba sobre Bilbao y daba un zarpazo a aquella Liga aquí. Dicen que las comparaciones son odiosas pero algunas, además, son hirientes. El Atleti ha envejecido mal y vino al ‘botxo’ a cavar su tumba en la temporada.

El equipo madrileño salió deprimido, como si todavía estuviera en el postpartido de Turín, como si no hubieran sabido alejarse de la desgracia. Simeone puso todo lo que tenía; Costa y Morata arriba, Griezmann y Koke a los costados, Thomas y Rodrigo en la medular y al reconversión forzosa de Saúl al lateral izquierdo. Pero la primera parte transcurrió entre el tedio que proporcionaba un equipo romo como el Athletic, que sobrevive a su Historia y a sus circunstancias y parece conformarse con eso y un Atlético de cabeza gacha, de correr para atrás, de tocar y no irse, un Atlético de nada. Así, no hubo un solo tiro a puerta en toda la primera mitad por los del Cholo, los locales tampoco inquietaron demasiado pero Oblak tuvo que sacar una mano de las suyas para sacar un disparo de Ibai mediada la primera parte. No hubo más, abrimientos de boca, soplidos y un penalti de Yeray a Griezmann que ni el árbitro ni el VAR quisieron ver. Lo habitual.

En la segunda mitad Simeone situó a Griezmann en el medio y el Atleti empezó a cambiar. Tenía más presencia en campo contrario; en una contra fulgurante dirigida por el francés creó el primer peligro serio a los diez minutos, pero falló en el pase final. Morata se descolgaba por por la izquierda con insistencia, queriendo, y en esas hubo una jugada dentro del área en la que recortaba hacia adentro y se perfilaba para el disparo cuando fue derribado en otro penalti que ni el árbitro, ni tampoco el VAR, quisieron ver. Pese a jugar contra el sistema arbitral, el Atleti estaba mejor hasta que Giménez cometió un error grosero en la salida de balón que se sirvió para que Córdoba asistiera a Williams, que sólo tuvo que empujarla para poner por delante a su equipo.

Con el gol, el Atleti se desmoronó, ahora no es el Atleti poderoso, física y mentalmente, más bien parece un sucedáneo malo que ante el primer infortunio agacha la cabeza y comienza a merodear en círculo; su estrella, Griezmann, se abandona a la melancolía y anda y anda sin asumir la responsabilidad que se le supone. Diego Costa parece una mala caricatura de sí mismo, desfondado, benigno, insustancial. Faltaban veinte minutos que sólo sirvieron para que el Athletic, casi sin nada, golpease de nuevo a la contra y sentenciase el partido con un gol del recién ingresado al campo Kenan Kodro.

El Atlético de Madrid completó su semana horrible en la que dijo adiós a todo, también a la Liga, con una imagen mutilada de sí mismo, tan lejana de aquel equipo que vapulease al Madrid en Tallín para comenzar el año con un título europeo. La última esperanza de este año impar y amargo acabó enterrada en San Mamés.

Foto: atleticodemadrid.com

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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4 Comentarios

  1. A ver. Si jugamos con dos delanteros como Costa y Morata, alguien debe de estar detrás de ellos. Si dejamos que Griezmann juegue por todo el campo y se crea que le espera esta noche para cenar un cubierto al lado de Crisitiano y Messi, mal vamos. Este chico se pierde en todos los partidos por el campo, sin ocupar espacios que puedan ayudar a sus compañeros y lo malo es que el Cholo le da carta blanca. Se dedica a sacar faltas, que parecen de futbol-sala. Hoy las que ha sacado hasta parecía que centraba sin ganas. Lo mismo es un jugador, que como el mercado se va a mover con delanteros de nombres, se le debería buscar salida. Con Costa y Morata, y detrás Lemar, que es donde puede jugar este chico, quizás crearíamos mas peligro.
    A mi me gustaría ver al equipo sin Griezmann. Con tres centrales y los cuatro que deben jugar en el centro del campo.
    Los partidos que quedan, lo mismo son interesantes para probar cosas.

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  2. Lo malo de todo esto, es, que lo peor a lo peor, está por llegar.
    Quedan 30 puntos, y tal como se juega, podemos perder hasta la cuarta plaza.
    No es tan difícil. El mal rendimiento de muchos jugadores del equipo, es por el polvorín formado en el vestuario con las fichas de Griezman y ahora del Cholo.
    Diego Costa ha hecho más en este equipo que el francés, y Koke y Saúl rechazaron ofertas millonarias de otros clubes quedándose en el atlético por menos dinero, y ahora vienen estos dos, y se tira la casa por la ventana.
    Espero que esto termine pronto, y se larguen a los que vienen sólo a la pasta empezando por el entrenador, que ahora si se le quisiera echar, habría que pagarle una auténtica millonada.

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  3. La vida en rojiblanco. Empecemos por el principio, saludando a todos y, en especial, a mi amigo Florencio, que escribe por aquí y que me habló de esta página.

    Sí, en rojiblanco, porque ese horrendo uniforme de Turín ya merecía castigo. El aficionado siempre ha pintado entre nada y cero sobre cualquier decisión que se tomara con su Club. Pero esta imposición de las espantosas camisetas que nos endilgan las multinacionales es inaguantable. No sé la pasta que soltará Nike, pero con lo feas que son la mayoría de sus prendas, más valdría que nos equipara una firma de barrio, con un diseño clásico, y vestir como Dios manda siempre.

    Para continuar, diré aquello en lo que tantos coincidimos : la ficha de Antoine es un disparate y también lo es la del Cholo. Pero en ese mundo disparatado del fútbol profesional parece imposible equilibrar precios de traspasos, rendimientos individuales, resultados deportivos y balance de cuentas. Como dijo Gil Marín hace unas semanas, no tiene ningún sentido que los clubes multipliquen sus presupuestos si eso solo se traduce en que el número de lamborghinis que las estrellitas guardan en sus garajes pase de 2 a 4.

    Por último, diré hoy que no tengo la menor idea de quién debería quedarse, largarse o venir. Pero cuarenta y tantas lesiones musculares con un ejército de preparadores, entrenadores, recuperadores, fisios, masajistas, médicos y demás, no es de recibo. Es un lastre imposible de mover para un equipo de fútbol.
    Y que lo que me gustaría del Atleti, ayer, hoy y siempre, en cualquier partido y competición, gane o pierda, es que busque el gol. Que de eso se trata en este deporte. Porque si no lo va a buscar, tengo otras muchas formas de perder lastimosamente el tiempo sin sentirme, además, terriblemente frustrado.

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  4. Antonio, estás en lo cierto. Un atlético es de este equipo, porque le gusta el fútbol. Yo voy al Wanda a ver jugar bien a mi equipo, y no a bostezar. para eso me quedo en casa, y ahorro, el precio del abono o entrada que para lo único que sirve, es para que las estrellas que a la hora de la verdad no aparecen, tengan distintos coches de lujo entre sus propiedades.

    Creo que Griesman va a ser difícil que le pueda colocar el club; primero por su alta cláusula, y luego por su increible ficha. Creo que ningún club serio, pagaría al francés, ni la mitad de lo que hoy cobra desgraciadamente en nuestro equipo.

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