El Atleti se despojó del único demonio presente, el Barcelona en Liga, y lo hizo siendo superior, desdibujando al equipo de Koeman que pasó de ser un demonio amenazante a un fantasma sombrío, arrinconado por la energía que muestra este nuevo Atleti de Diego Pablo Simeone.
El partido comenzó con prisa, al minuto Griezmann había rematado en el área pequeña un centro de Sergi Roberto. Su disparo se fue arriba y la ocasión que supuso empujó al Atleti hacia adelante, sirviendo como respuesta una jugada a un toque que acabó con un zurdazo de Saúl desde la frontal que sacó Ter Stegen en parada prodigiosa. Simeone había salido con lo esperado dadas las ausencias: arriba Joao y Correa, Saúl y Koke al medio, Llorente y Carrasco en los costados. Con la variante de los tres centrales, Hermoso en la izquierda, el jugador belga se convirtió en un carrilero de largo recorrido, defendía el lateral, atacaba el extremo, en ambos lados fue determinante.
El partido estaba equilibrado, el Barcelona lo intentaba por la izquierda, con el desborde de Dembelé, que incomodaba a Carrasco en sus labores defensivas y obligaba a la cobertura permanente de Hermoso. Pero el Atleti no retrocedía, equilibraba la posesión con jugadas largas, de buen toque, de un lado al otro del campo, mostrando esta nueva versión de equipo combinativo que no rehúye el balón. Por la derecha, con Llorente atacando el espacio a la espalda en el interior del área, tras pase maravilloso de Correa, vino la mejor ocasión, pero el larguero defendió al Barcelona.
El equilibrio se rompió cuando ya todos esperaban el descanso. Recupera Hermoso e inicia de tacón en línea de fondo, la pelota la agarra Correa en el medio que ve la carrera de Carrasco y el espacio y pone el balón en el lugar preciso. De repente aparece Ter Stegen fuera de sitio y el belga lo sortea con un caño magistral, para quedarse a cuarenta metros de la portería sin portero. Con un toque de interior puso el uno a cero y rompió el silencio triste del confinamiento en Madrid. La mitad de la ciudad estalló en júbilo.
La segunda parte no fue lo que se esperaba, en otro tiempo el Atleti hubiera tratado de resistir el asedio de las tropas de Messi, pero el general anda alicaído y los colchoneros tan sobrados de confianza que arrancaron con un dominio absoluto del partido. Fue a por el segundo para sentenciar el partido, Joao recibía entre líneas para provocar desequilibrios, Koke gobernaba el partido con galones de comandante en jefe. Se jugaba a lo que dictaba él, un jugador magistral que ha recuperado su mejor versión y que, con la banda de capitán en el brazo, sabedor de la responsabilidad que supone ser el one club man que va a romper todos los récors del Atleti, dirige la nueva sinfonía.
Tuvo ocasiones el Atleti para el segundo, falló Joao, también Carrasco a bote pronto, lo intentó Saúl. Pero lo importante es que el tiempo pasaba y el partido se jugaba en los dominios de Ter Stegen. El Barcelona tuvo el empate en un desajuste de pelota parada que remató Lenglet a bocajarro, pero salió centrado y Oblak impuso calma. Después, los cambios. Volvió Costa, que alargó el equipo con sus carreras al espacio, pero no encontró el camino hacia el segundo gol. Entró también Kondogbia y Lemar, que tuvo buenos minutos en la salida de pelota y finalmente, para el tiempo de descuento, Felipe para evitar disgustos.
Ganó el Atleti, dejó a nueve puntos al Barcelona y mostró la imagen de un equipo muy sólido, con una infinidad de variantes. Un equipo que puede hacer olvidar la ausencia de Luis Suárez está llamado a hacer grandes cosas, los jugadores asumen su rol y ganan la confianza que necesitan para saber que pueden estar ante la oportunidad de sus vidas. De todo eso resulta un conjunto fiel a una idea, que mejora cada vez más con el balón, que mantiene también su sello sin él. Partido a partido, el Atleti podrá aspirar a todo.
Foto: Getty Image
22 noviembre, 2020
El Atleti ayer, no fue fiel a su historia.
Ante uno de los poderosos, tuvo ocasiones, controló el partido en ataque y en defensa y se puso por delante en el marcador, todo a favor para «apuntillar» al rival.
A pesar de eso, el uno a cero se mantenía invariable en el marcador. La historia nos ha enseñado muchas veces que en esas circunstancias, era cuestión de tiempo encajar un gol en los minutos finales y generalmente de rebote en algún defensor. Casi ocurrió con el disparo de Lenglet que, tras pegar en Savic, salió milagrosamente fuera. Esta vez no hubo muerte, pero el susto en el cuerpo se mantuvo durante unos minutos.
No se cumplió la historia que tantas veces ha perseguido al Atleti y eso es buena señal, pero no es definitiva mientras que el otro poderoso no se vuelva a quejar de los arbitrajes.
23 noviembre, 2020
Che, el otro poderoso el sábado fue ayudado en una jugada que con otro equipo, por ejemplo el nuestro, es fuera de juego.
El levantamiento del banderín es correcto. El jugador Del Real Madrid intenta jugar el balón y ese levantamiento de bandera, con el VAR, debe hacer que se revise la jugada.
La jugada supuso, por el levantamiento de la bandera del linea, que el portero no pusiera todo su interés en seguir el balón hacía su portería, pensando en que era fuera de juego, que lo era, ya que el reglamento no dice que el jugado deba seguir en su intención de continuar la jugada, que sucede, de frente a la portería contraria.
Fue fuera de juego y se le camuflo. Las cosas en su sitio. Si eso sucede con el Aleti, seguro, fuera de juego.
Un saludo.